El 28 de junio se aprobó la Ley “Bases y puntos de partida para la libertad de los Argentinos”, incluyendo un capítulo con modificaciones a los Impuestos Internos al tabaco. A menos de dos semanas desde la implementación de estas modificaciones, comenzó la guerra de precios entre las marcas más baratas de cigarrillos perjudicando así a la salud de la población.
Desde FIC Argentina, alertamos que tales modificaciones representaban un retroceso en el marco normativo logrado hasta el momento para prevenir y controlar el consumo de tabaco. El nuevo impuesto interno al cigarrillo estableció un incremento en la alícuota ad-valorem (del 70% al 73%) a la misma vez que se eliminó el componente mínimo del impuesto interno. Como advertimos con anterioridad, al eliminar este componente mínimo se estaba quitando el piso de referencia para el precio de los cigarrillos, que servía para prevenir la existencia de marcas ultrabaratas. Pese a no tener un pleno cumplimiento, este era un componente dentro del impuesto interno que no debía ser eliminado sin establecer una alternativa superadora que lo reemplace. En este sentido se había pronunciado la Corte Suprema de Justicia de la Nación en dos fallos dictados pocos días antes de la aprobación de la ley Bases, donde el máximo tribunal reconoció la finalidad de proteger la salud de la población que tienen los impuestos selectivos al tabaco, como lo era el componente mínimo del impuesto interno.
A menos de 15 días desde la reglamentación de la nueva normativa, varias de las grandes empresas que producen y comercializan cigarrillos en Argentina se encuentran promocionando rebajas en los precios de sus productos, mayormente en aquellos del segmento de marcas más baratas (según listas de precios publicadas en Infokioscos disponibles aquí y aquí). De esta forma, se da un escenario contrario a lo que se promueve desde una perspectiva de salud donde el propósito del impuesto a productos de tabaco es precisamente el contrario: que incremente el precio y esto se traduzca en menor consumo y menores enfermedades asociadas. El escenario actual convalida estimaciones realizadas previamente por FIC Argentina bajo la premisa de que la eliminación del impuesto mínimo generaría una mayor competencia para captar a los compradores de cigarrillos de las marcas más baratas. Las estimaciones sugerían que como consecuencia de las modificaciones al impuesto interno al cigarrillo se podrían generar reducciones en los precios y aumento en el consumo, acompañando de una reducción de la recaudación de aproximadamente un 3%.
Las modificaciones a los impuestos a los cigarrillos impulsadas por la ley Bases fueron promocionadas como positivas porque venían a “eliminar privilegios” de algunas tabacaleras y porque impulsarían un aumento en los precios como resultados del incremento en la alícuota del 70 al 73%. Estas narrativas obviaban hablar de la eliminación del mínimo y, de hecho, no lo ponderaban a la hora de hacer proyecciones sobre el hipotético aumento en la recaudación pública que vendría aparejado con la aprobación de la ley. Desde la sociedad civil hicimos muchos esfuerzos para que la voz del sector abocado a la protección del derecho a la salud fuera escuchada. Sin embargo, en dicho proceso primó la desinformación y los argumentos erróneos en relación al sentido y potenciales efectos de las modificaciones que se estaban impulsando en materia de impuestos a los cigarrillos.
Por todo esto, manifestamos nuestra mayor preocupación por las consecuencias de la reforma a impuestos internos al cigarrillo introducidas recientemente, y enfatizamos sobre la necesidad de avanzar con una reforma integral de la ley 24.674 de Impuestos Internos que establezca impuestos específicos al consumo de productos perjudiciales. En consonancia con lo dispuesto por nuestro máximo tribunal, se requiere un esquema tributario que incorpore la noción de impuestos saludables, con el objetivo de gravar de manera diferenciada productos como los cigarrillos, las bebidas alcohólicas y las azucaradas. Este tipo de impuestos, según la evidencia científica disponible, resultan la herramienta más costo efectiva para desincentivar consumos que generan daño a la salud humana.