Más de 100 organizaciones nacionales, regionales e internacionales y referentes del ámbito de la salud solicitan que los gobiernos implementen el etiquetado de advertencias que permite acceder, de forma simple y rápida, a la información sobre el contenido de los productos. Chile, Uruguay y Perú ya lo adoptaron mientras que Argentina, México, Brasil y Colombia debaten qué sistema implementar.
(Buenos Aires, 5 de agosto) Organizaciones y referentes del ámbito de la salud firmaron una declaración donde solicitan a los gobiernos de Latinoamérica la sanción de políticas efectivas de etiquetado frontal de advertencias para promover el derecho a la información, a la salud y a la alimentación adecuada. A su vez, los más de 100 firmantes señalan que los gobiernos deben priorizar la salud pública por encima de los intereses corporativos de determinadas empresas alimenticias.
El sobrepeso y la obesidad siguen aumentando de forma alarmante en todas las regiones, especialmente en niños/as en edad escolar y adolescentes (5 a 19 años). En América Latina y el Caribe, según un reciente informe de FAO/OPS, uno de cada tres niños/as y adolescentes y más de la mitad de la población adulta padece sobrepeso. El exceso de peso constituye un importante factor de riesgo de las enfermedades no transmisibles (ENT). La evidencia científica recomienda un paquete de medidas efectivas para prevenir la obesidad, entre las que se encuentra el etiquetado frontal en los envases de alimentos y bebidas. Sin embargo, los rótulos nutricionales vigentes en la mayoría de los países de la región no brindan la información nutricional necesaria ni incluyen una perspectiva de prevención de las ENT.
“Mientras la obesidad aumenta, los consumidores somos el blanco constante de múltiples acciones de marketing de las empresas alimenticias y de bebidas que promueven el consumo de productos ultraprocesados. Estas acciones, que tienen a los envases de los productos como uno de los soportes centrales, esconden información y confunden a los consumidores sobre el contenido y consecuencias del consumo de sus productos”, señala Belén Rios, codirectora de FIC Argentina.
La OMS, FAO y OPS han reconocido al sistema frontal de advertencias como una de las medidas necesarias para desincentivar el consumo de productos ultraprocesados. Este sistema, en base a distintos estudios realizados en Latinoamérica, es superior a otros (GDA, Nutriscore y semáforo) ya que ayuda a los consumidores a identificar con mayor facilidad los productos menos saludables e influir así en las elecciones de consumo.
Ante la discusión sobre políticas de etiquetado frontal en la región, las empresas alimenticias y de bebidas azucaradas han intentado obstaculizar el diseño de medidas efectivas a través de la difusión de argumentos falsos y promoviendo políticas ineficaces para la salud. En Argentina, por ejemplo, en base a declaraciones del Secretario de Salud en la prensa podría adoptarse un “sistema híbrido” con elementos del GDA, sistema que apoyan las empresas a pesar de que la evidencia ya demostró que no es efectivo. Este sistema híbrido carece antecedentes, de soporte científico y no ha sido implementado en ningún país.
“La voluntad política y el accionar de los gobiernos es fundamental para garantizar el acceso a la información clara y veraz sobre los productos que se consumen. No es algo que pueda quedar en manos de las empresas. Los gobiernos deben implementar políticas basadas en evidencia científica sólida y libres de conflictos de intereses que protejan el derecho a la información, a la salud y a la alimentación adecuada”, concluyó Belén Rios.