FIC Argentina muestra preocupación ante las declaraciones del Secretario de Salud Adolfo Rubinstein en el diario Clarín donde indicó que se avanzará con un modelo híbrido de etiquetado de alimentos. Dicho modelo incorporará elementos del sistema GDA, que ya ha sido probada su ineficacia, y del sistema de advertencias.
(Buenos Aires, 24 de mayo) La evidencia internacional ha demostrado que para reducir los índices de obesidad y sobrepeso se requiere la implementación de un paquete de medidas, diseñadas en independencia de las empresas alimenticias y basadas en la mejor evidencia existente para garantizar su efectividad.
El etiquetado frontal en los envases de alimentos es una de las políticas recomendadas para la prevención de obesidad. Distintos estudios realizados en Latinoamérica han comprobado que el sistema de advertencias es superior a otros sistemas como el de ingesta diaria recomendada GDA, el Nutriscore y el semáforo en cuanto ayuda a que los consumidores puedan identificar con mayor facilidad los productos menos saludables e influir así en la compra de los mismos. A estos estudios se suma la experiencia de Chile, donde el sistema de advertencias rige desde el año 2016 y las evaluaciones indican que el 68% de las personas han cambiado sus hábitos alimentarios y el 20% de las industrias modificaron sus productos.
Sin embargo, en base a las declaraciones del Secretario en una nota del diario Clarín, en Argentina podría adoptarse un sistema híbrido de etiquetado que contiene elementos del sistema GDA, el cual ya ha sido demostrado que no funciona. La alternativa que proponen desde el Estado es un GDA monocromático con un sello rojo de advertencia. Se trata de un sistema sin antecedentes, que carece de soporte científico y que no ha sido implementado en ningún país. También es cuestionable la elección del color del sello: la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sugiere la utilización del negro por tener un efecto contrastante con la mayoría de los colores de los envases, mientras que el rojo puede confundirse más fácilmente en la etiqueta y, por lo tanto, ser menos percibido por el consumidor.
“Vemos con desconcierto el anuncio ya que la comunidad internacional ha reconocido la ineficacia del sistema GDA. Inclusive, la propia Secretaría de Salud de Nación ha presentado estudios que demuestran que el sistema de advertencias es superior a todos los demás”, señaló Belén Rios, codirectora ejecutiva de FIC Argentina. “Nos preocupa que se avance con una política pública que desconoce las recomendaciones internacionales, que favorece a los intereses corporativos y mantiene un contexto desfavorable para prevenir la obesidad. No quedan dudas sobre cuál es el camino a seguir si se busca promover efectivamente hábitos saludables en la población”, agregó.
Resulta fundamental el diseño e implementación de un etiquetado frontal de advertencia basado en evidencia científica internacional y nacional disponible, que cumpla con la obligación que tiene el Estado Nacional de proteger el derecho a la salud y garantizar un ejercicio efectivo del derecho a una alimentación adecuada y el acceso a la información simple y clara. En este sentido, la evidencia muestra que los sistemas de advertencias representan el etiquetado frontal más efectivo hasta la fecha: empodera a los consumidores a hacer elecciones informadas y más saludables e incentivan a la industria alimentaria a reformular sus productos para cumplir con el perfil establecido y así evitar los sellos de advertencia en los envases. Además es necesario salvaguardar la política de etiquetado frontal del conflicto de interés de la industria, dado que los intereses comerciales suelen ser contrarios a los de la salud pública.
En la Argentina el 66% de la población adulta tiene exceso de peso y en adolescentes de 13 a 15 años, el sobrepeso y la obesidad aumentó del 24,5% al 28,6% del 2007 al 2012 según la última Encuesta Mundial de Salud Escolar. Por otro lado, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2004-2005) indicó que 10,4% de los niños de 6 meses a 6 años tienen obesidad infantil. Solo la acción de los gobiernos permitirá controlar y prevenir la epidemia del sobrepeso y obesidad.