Productos cárnicos, farináceos y sopas: 1 de cada 10 no cumple con los límites máximos de contenido de sodio

Publicado el miércoles 6 de marzo de 2019

El dato se desprende de un nuevo monitoreo realizado por FIC Argentina sobre 864 productos procesados contemplados en la ley nacional de reducción del consumo de sodio. El grupo de cárnicos y derivados, que incluye productos como los embutidos frescos, es el que presenta mayor incumplimiento.

 

(Buenos Aires, 6 de marzo) En el marco de la Semana Mundial de la Sal, que se celebra del 4 al 10 de marzo, FIC Argentina difunde un nuevo análisis para evaluar el contenido de sodio en 3674 productos procesados y monitorear el cumplimiento de la ley nacional (n° 26.905), a 5 años de su entrada en vigencia. El relevamiento da continuidad a dos mediciones anteriores realizadas en el año 2012 y 2014.

La ley nacional n° 26905 establece metas de reducción de sodio con valores máximos permitidos para tres grupos de alimentos: productos cárnicos y derivados, farináceos y sopas. Del total de productos analizados en la investigación, 864 corresponden a los grupos y categorías contemplados en la ley.

A la hora de evaluar el cumplimiento, se observó que uno de cada diez de estos productos no cumple con las metas fijadas a la entrada en vigencia de la ley, siendo el grupo de cárnicos y derivados el que presenta mayor incumplimiento. Dentro de este grupo, la categoría de embutidos frescos presenta mayor porcentaje de incumplimiento (25,8%). A su vez, dentro de farináceos, existen productos como el pan lactal (con y sin salvado) con un nivel de incumplimiento del 13,9%.

“A cinco años de vigencia de la ley, es alarmante ver que aún hay tantos productos que exceden los límites. Por eso es necesario que el Estado monitoree su cumplimiento y obligue a las empresas a respetar las metas fijadas en la normativa”, señaló Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina. Y agregó: “En paralelo, es fundamental que el Estado favorezca mecanismos para que los consumidores sepan qué están comiendo. Hoy es muy difícil identificar en una lectura rápida el contenido de sal y de otros nutrientes críticos en los productos. Por eso, una de las políticas claves y urgentes a adoptar es un etiquetado frontal en los productos procesados y ultraprocesados donde el consumidor pueda advertir, de modo rápido y sencillo, la calidad nutricional de los alimentos”.

Las consecuencias para la salud del consumo excesivo de sal no están limitadas solamente a las personas con hipertensión arterial. Es por eso que las recomendaciones para disminuir su ingesta están destinadas a toda la población incluyendo adultos, niños, niñas y adolescentes. En la Argentina, según la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2013), el 34,1% de la población adulta es hipertensa y el consumo diario de sal duplica las recomendaciones de OMS. Si se logra reducir el consumo a 5g diarios de sal, se podrían evitar hasta 1 de cada 4 ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares y por cada gramo menos de sal en la dieta, se podrían evitar 20.000 eventos cardiovasculares al año.